MEDICINA BOTÁNICA - HERBOLOGÍA - FITOTERAPIA - HERBODIETÉTICA
La Dietary Supplement Health and Education Act (DSHEA) define un suplemento dietético como
Cualquier producto (excepto el tabaco), en la forma de píldoras, cápsulas, comprimidos o líquido, que contiene una vitamina, mineral, hierba u otro producto vegetal, aminoácidos u otra sustancia dietética conocida y que está diseñado como un suplemento de la dieta normal
Además, ciertas hormonas, como la dehidroepiandrosterona (DHEA, un precursor de los andrógenos y estrógenos) y la melatonina, están reguladas como suplementos dietéticos y no como medicamentos.
De todas las terapias alternativas, y complementarias e integrales, los suplementos dietéticos son los utilizados con mayor frecuencia, sobre todo por su amplia disponibilidad, su costo relativamente bajo y porque pueden ser comprados sin consultar con un profesional médico.
La US Food and Drug Administration (FDA) regula los suplementos dietéticos de manera diferente a las drogas. La FDA regula los suplementos dietéticos de una manera diferente de la utilizada para los fármacos; regula el control de calidad y los procesos de fabricación, pero no garantiza la estandarización de los principios activos o la eficacia.
La mayoría de las personas que usan suplementos dietéticos asume que son buenos para la salud en general o son seguros y eficaces para el tratamiento y/o la prevención de enfermedades específicas. Las personas pueden pensar esto porque los suplementos dietéticos son naturales (es decir, derivados de plantas o animales) y porque algunos son respaldados por siglos de uso en sistemas de medicina tradicionales.
Aunque cada vez se realizan más estudios basados en la clínica, la mayoría de los suplementos no se ha evaluado de manera rigurosa. La información acerca de estudios está disponible en el NIH National Center for Complementary and Integrative Health (NCCIH).
Para la mayoría de los suplementos dietéticos, la evidencia que sugiere seguridad o eficacia proviene de
Uso tradicional
Estudios in vitro
Ciertos informes de casos
Estudios en animales
AROMATERAPIA HOLÍSTICA
La aromaterapia es el uso de los aceites esenciales de las plantas para mejorar el equilibrio de la mente, el cuerpo y el espíritu.
Cada aceite esencial tiene propiedades químicas diferentes. Algunos colaboran con la relajación y disminuyen el estrés, mientras que otros fomentan un estado de ánimo positivo y aumentan el bienestar digestivo.
La aromaterapia conecta nuestros sentidos olfativos directamente con nuestro cerebro y centro emocional y tiene un impacto inmediato promoviendo un estado de equilibrio mental y físico.
Algunos aceites esenciales son conocidos por sus propiedades relajantes y pueden ser especialmente útiles para reducir el estrés y la ansiedad. Por ejemplo, el aceite de lavanda, el aceite de manzanilla, el aceite de bergamota, el aceite de rosa y el aceite de sándalo.
Normalmente se utilizan técnicas de relajación para disminuir la ansiedad y el dolor de los pacientes. Los tres tipos de aromaterapia son: Masaje, Olfativo, y Cosmético.
APITERAPIA
La apiterapia es una terapia alternativa basada en elementos provenientes de las colmenas de las abejas para prevenir y curar diversas enfermedades. Se utilizan elementos como: miel, jalea real, pan de abeja, cera, propóleos, veneno de abeja, larvas de zángano, abejas enteras, aire de la colmena o el polen. A estos componentes, así como a componentes del veneno de las abejas, se les atribuyen propiedades para acelera la cura de enfermedades estimulando las defensas del organismo y mejorando a su vez el estado de ánimo. Sin embargo, no existen suficientes evidencias científicas que avalen estos beneficios y algunas aplicaciones, como la inyección del veneno a través de acupuntura o del propio aguijón del insecto, pueden resultar peligrosas.
A esta terapia se le han atribuido beneficios para enfermedades musculares y de las articulaciones, enfermedades autoinmunes y enfermedades depresoras del sistema inmunológico.
Se emplea, aunque sin suficiente respaldo científico, en enfermedades como: psoriasis, lupus, enfermedades articulares, jaquecas, lumbago, inflamación del nervio ciático, discopatías, hombro congelado, molestias cervicales, trastornos hormonales en las mujeres, depresión, ansiedad…
Los potenciales beneficios de algunos de los componentes encontrados en una colmena son:
Veneno: Se están investigando sus propiedades frente a diversas enfermedades, como el cáncer, pero los resultados son aún muy preliminares.
Polen: Se ha especulado que, incluso, parece tener un poder regulador del peso.
Propóleo: Se le atribuyen propiedades antibióticas, cicatrizantes y antivirales.
Miel: Tiene propiedades antioxidantes y se supone que es un depurador del sistema digestivo.
Jalea real: Tiene fines regeneradores, por lo que es utilizado en la fabricación de cosméticos.
La apitoxina es el veneno secretado por las abejas hembra y se utiliza como un tratamiento alternativo para aliviar algunas patologías reumáticas y otras afecciones articulares. No hay ningún estudio de calidad que avale la eficacia de la terapia basada en la picadura de abejas y, en algunos casos, puede provocar reacciones alérgicas graves, incluso shock anafiláctico.
No se conoce cuándo se comenzó a utilizar los elementos de las colmenas como tratamientos medicinales, pero ya en la cultura egipcia se utilizaban estos productos. Por ejemplo, el propóleo se utilizaba para embalsamar las momias y el veneno de las abejas era utilizado por Cleopatra como tratamiento para los dolores.
Sus propiedades curativas son mencionadas incluso en textos religiosos como la Biblia o el Corán.
Antiguamente, solo la miel, polen y propóleos eran los elementos que se utilizaban de las colmenas como terapias medicinales. Sin embargo, Phillip Terc, considerado el padre de la apiterapia, en el año 1.888 comenzó a utilizar el veneno de las abejas. El médico utilizó su veneno para tratar a personas con enfermedades reumáticas, iniciando así el método de la apiterapia que actualmente se utiliza.